Último susurro

Lentamente comienzo a abrir los ojos. En mi cabeza sólo resuena un fuerte zumbido, y todo gira a mi alrededor con rapidez. Siento punzadas de dolor en mis piernas, mis brazos y mi cabeza, y un fuerte olor a vómito lo inunda todo, produciéndome arcadas.
Miro a todas partes sin comprender nada, sin pensar. Estoy en una habitación cerrada en la que sólo entra luz por una pequeña rendija en la pared, proyectando sombras por todas partes.
Dios mio, no puedo mover los brazos ni las piernas y con pánico veo como estoy amarrado a una vieja silla con unas gruesas y oxidadas cadenas, desgarrando por completo mis muñecas.
Sigo mirando a mi alrededor, mientras mis ojos se adaptan a la oscuridad, y veo grandes manchas de sangre seca en el suelo, pedazos de sonrosada carne y trozos de metal oxidado, telas empapadas de sangre y cadenas que cuelgan de la pared.
Un estremecedor grito recorre cada uno de mis huesos paralizándome de terror mientras alguien intenta abrir la puerta de metal de la habitación.

Entonces algo luminoso y fresco me saca de aquella tremenda pesadilla.

Es una agradable mañana de primavera, y tu me acabas de despertar con uno de tus besos.
Gracias adiós... fue tan real... creí que tu "te quiero" sería el último susurro de mi vida.

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